El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dicho que la inmigración no debe percibirse como un problema, sino como "una necesidad que conlleva ciertos retos". Según Sánchez, es necesario encontrar soluciones que permitan regular y ordenar este proceso, favoreciendo tanto a los países de origen como a los de destino.

Estas declaraciones las realizó durante una comparecencia sin preguntas en Nuakchot, junto al presidente de Mauritania, Mohamed Uld Ghazuani. En este marco, Sánchez anunció la firma de un memorando de entendimiento con el país africano, que contempla proyectos de migración circular -contratación temporal de trabajadores para sectores específicos-, así como el refuerzo de la cooperación en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado.

El presidente del Gobierno aprovechó la ocasión para agradecer a Ghazuani "los esfuerzos realizados en la lucha contra la inmigración irregular y la colaboración en la lucha contra las redes de tráfico de seres humanos". Sánchez subrayó el firme compromiso de ambos países para seguir trabajando juntos en la lucha contra la migración irregular y "contra las organizaciones que se aprovechan de la desesperación de quienes recurren a estos medios".

El presidente subrayó que España, como nación que fue de emigrantes, entiende profundamente la realidad migratoria. "Por eso, para nosotros, la emigración es una cuestión de principios morales, de solidaridad y de dignidad", dijo. También señaló que "es también una cuestión de racionalidad", insistiendo en que la contribución de los trabajadores inmigrantes es clave para la economía española, así como para el sostenimiento de la Seguridad Social y del sistema público de pensiones.