"Los riesgos para el crecimiento económico se han equilibrado, ya que la probabilidad de que se materialicen los riesgos a la baja relacionados con los aranceles ha disminuido, gracias al nuevo acuerdo comercial [entre la UE y Estados Unidos]. Sin embargo, persisten los riesgos de que nuevas tensiones comerciales afecten a las exportaciones, la inversión y el consumo", advirtió Christine Lagarde.

En su comparecencia habitual ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, celebrada al margen de la sesión plenaria de la institución en Estrasburgo (Francia), la presidenta del BCE indicó que, en los últimos meses, la zona de la moneda única se enfrentó a "un periodo de mayor incertidumbre", antes de que la UE y Estados Unidos alcanzaran este verano un acuerdo comercial sobre los aranceles estadounidenses del 15% a los productos europeos. A pesar de este consenso, "siempre hay un grado de incertidumbre que permanece o se repite", admitió.

"Se espera que los débiles resultados de las exportaciones -debidos al aumento de los aranceles, a un euro más fuerte y a la intensificación de la competencia mundial- frenen el crecimiento en lo que queda de año, pero el impacto de estos vientos en contra debería disminuir el año que viene", dijo.

Además, según Christine Lagarde, "las tensiones geopolíticas también siguen siendo una importante fuente de incertidumbre".

"Por el contrario, un mayor gasto en defensa e infraestructuras y unas reformas que impulsen la productividad podrían impulsar el crecimiento", sugirió.

Para Christine Lagarde, este aumento de la incertidumbre política es "una oportunidad única para reforzar el papel global del euro", lo que aportaría "beneficios tangibles" como su mayor uso en las facturas comerciales, la reducción de los costes de transacción y la protección de los precios europeos frente a la volatilidad de los tipos de cambio.

El BCE estima que la economía de la eurozona crecerá un 1,2% en 2025, un 1% en 2026 y un 1,3% en 2027.

La inflación se ha mantenido en torno al 2%, el porcentaje fijado por el banco central para la estabilidad de precios. Sin embargo, según Christine Lagarde, "el proceso desinflacionista ha terminado", lo que se tendrá en cuenta en las próximas reuniones de política monetaria.

Las proyecciones del BCE revelan que la inflación mundial debería situarse en una media del 2,1% en 2025, del 1,7% en 2026 y del 1,9% en 2027.