España cuenta con tres empresas que compiten en las conexiones de alta velocidad que conectan esencialmente Madrid con regiones y ciudades del noreste, este y sur del país. Además de la pública Renfe, también están en el mercado español la francesa Ouigo (desde mayo de 2021) y la italiana Iryo (desde noviembre de 2022).

Renfe, sin embargo, sigue siendo el único operador de las conexiones entre Madrid y el norte de España (Galicia y Asturias), cuya liberalización está prevista para la nueva etapa y debería dar lugar a la entrada de empresas privadas en 2026, según el Gobierno español.

La primera fase de la liberalización concluyó este jueves con los primeros trenes Ouigo que completaron la conexión entre Madrid y Sevilla, en Andalucía, al sur de España.

Esta fue también la primera línea de alta velocidad del país, inaugurada en 1992. España es ahora el país europeo con la mayor red ferroviaria de alta velocidad y el segundo del mundo, después de China.

Según datos oficiales, la liberalización y la consiguiente competencia entre compañías provocaron una disminución de los precios de los billetes de tren de alta velocidad de alrededor del 30%.

Sin embargo, todas las compañías tienen actualmente pérdidas por estas operaciones, que ascienden a 600 millones de euros desde 2021, en total.

Portugal espera tener terminada la primera línea de alta velocidad, entre Lisboa y Oporto, en 2032, y el objetivo es crear una conexión, en el mismo año, con Vigo, en Galicia, España.