La Seguridad Social destaca que mantener este nivel de cotización es fundamental, ya que la base reguladora de la pensión se calcula a partir de las últimas 300 bases de cotización, es decir, los últimos 300 meses de trabajo.

El salario que percibe un trabajador es el primer elemento a tener en cuenta para lograr una pensión digna antes de llegar a la jubilación. No se trata sólo de fijarse en el salario bruto; es fundamental prestar atención a las cotizaciones a la Seguridad Social, ya que de ellas depende directamente cuánto se cobra. Cuanto mayores sean las cotizaciones, mayor será la base, lo que influye directamente en la cuantía de la pensión a percibir.

Para acceder al 100% de la pensión en 2024 se necesitan al menos 36 años y seis meses cotizados. Sin embargo, quienes hayan cotizado 38 años siguen teniendo la posibilidad de jubilarse un año antes sin sufrir ningún tipo de penalización, lo que proporciona una mayor flexibilidad a los trabajadores a la hora de planificar su salida del mercado laboral.

Para acceder a una pensión contributiva es necesario tener un mínimo de 15 años cotizados. Sin embargo, este tiempo no garantiza automáticamente una pensión de 3.000 euros al mes. La razón es que, tras completar 15 años de cotización, el trabajador en solitario tiene derecho a cobrar el 50% de la base reguladora.

Para alcanzar una pensión de 3.000 euros mensuales, es necesario aumentar el periodo de cotización durante más de 15 años. En concreto, por cada uno de los 49 primeros meses adicionales cotizados, se añade un 0,21% adicional a la base reguladora. A partir de este límite, cada mes adicional incrementa la base reguladora en un 0,19%. Esto significa que a mayor antigüedad, mayor será el porcentaje aplicado al cálculo de la pensión, lo que facilita la posibilidad de alcanzar cuantías superiores, como 3.000 euros mensuales.