Madrid, ciudad conocida por su rica historia y vibrante cultura, podría estar a punto de añadir algo totalmente inesperado a su lista de atractivos: una playa artificial de 15 kilómetros, que se convertiría en la mayor de Europa.

Aunque aún está pendiente de aprobación definitiva, este proyecto promete cambiar la forma en que los madrileños disfrutan del verano, según un reportaje de Gizmondo.

El proyecto Alovera Beach, propuesto por el Grupo Rayet, está diseñado para ofrecer una inmensa laguna artificial de 25.000 m² en la provincia de Guadalajara, a tan solo 50 kilómetros de Madrid. Desde su presentación en 2017, la iniciativa ha generado un gran interés por su concepto innovador y su potencial para revitalizar una zona árida y degradada en el Corredor del Henares.

Crystal Lagoons, firma mundialmente reconocida en la construcción de playas artificiales, ha sido la encargada de llevar a cabo el diseño y ejecución de este proyecto, que pretende ofrecer un oasis a las puertas de la capital española.

El plan para Alovera Beach incluye la creación de cinco áreas principales de ocio y recreo. Entre las atracciones destacadas se encuentran una torre de toboganes, piscinas infantiles, una escuela de deportes acuáticos y una variada oferta gastronómica. La playa estará dotada de un millar de plazas de aparcamiento y áreas de servicio, garantizando que los visitantes puedan disfrutar de una experiencia cómoda y accesible.

Además de ser un lugar para relajarse y disfrutar, la playa ofrecerá actividades como vela, surf y kayak, lo que la convierte en un destino ideal para los amantes de los deportes acuáticos.

Alovera Beach no sólo impresiona por su tamaño y su oferta de ocio, sino también por su compromiso con la sostenibilidad. El proyecto se ha diseñado para minimizar el consumo de agua y energía, utilizando tecnología avanzada para reducir la evaporación del agua y los costes de mantenimiento. Según Francisco Matte, Director Regional de Crystal Lagoons para Europa, la laguna utilizará sólo el 2% de la energía requerida por las tecnologías de filtración estándar y consumirá 30 veces menos agua que un campo de golf estándar.