El lunes 7 de julio, el Ayuntamiento de Barcelona anunció que ha cerrado la fuente ornamental por motivos de seguridad y que permanecerá sin agua durante todo el verano.

Al no ser apta para el baño, el consistorio ha advertido de que existe riesgo de resbalones y caídas. Además, el agua pasa por circuitos de recirculación y no es apta para el consumo.

En las últimas semanas, el ayuntamiento ha aumentado a seis el número de señales que prohíben el baño y ha desplegado agentes de información para recordar la normativa y señalar que el parque de Glòries ya dispone de una zona de juegos acuáticos para niños.