A esta protesta, que culminó con una manifestación y la lectura de un manifiesto, siguieron cientos de personas que descendieron en balsa el último tramo del río Ulla, desde Ponte de Sinde hasta Campo da Ínsua, también contra la reapertura de una mina de cobre a cielo abierto.

Según las organizaciones ecologistas, la mina y la fábrica de celulosa de Altri afectarán a la cuenca del Ulla, tanto a los ecosistemas como a la calidad del agua, y pondrán en peligro también la ría de Arousa, por donde discurre el río y donde se encuentra uno de los "bancos marisqueros más ricos del mundo".

Según explicó a EFE la presidenta de la Plataforma Ulloa Viva, Pilar Naveira, la afluencia a este tipo de protestas demuestra que la Xunta [gallega] se va a quedar sola en su postura a favor de Altri.

Advirtió de que este proyecto "amenaza la forma de vida" tanto de las comarcas del Ulloa y Arousa como de toda la cuenca del río Ulla debido a "los vertidos" de residuos de la planta, así como el agua que tomará del río y "la contaminación", por lo que "el impacto que generará es increíble", advirtió, tanto territorial como social y económico.

También está prevista una manifestación el 8 de mayo frente al Congreso de los Diputados en Madrid contra este proyecto -que la Junta ha declarado estratégico, y que cuenta con declaración ambiental positiva- para exigir al Gobierno que no le conceda ninguna ayuda pública.

El proyecto de la empresa portuguesa de celulosa Altri para Galicia no recibirá fondos europeos, tal y como solicitó la compañía, según informó el Gobierno español en abril, y la empresa ya ha anunciado que recurrirá la decisión.

La Xunta de Galicia aprobó una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable al proyecto, lo que Altri consideró "un importante reconocimiento" de que "cumple todos los requisitos medioambientales de la Unión Europea".