La marca que fue despreciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con su frase "España será mejor país si tiene más coches eléctricos, por cierto, fabricados en España, más autobuses públicos y, por tanto, más transporte público y menos Lamborghinis" es uno de los constructores más prestigiosos entre los fabricantes de coches de altas prestaciones, presente en 54 países de todo el mundo y que el año pasado vendió un total de 10.112 unidades.

Durante el primer semestre de este año ya ha vendido 5.500 coches con una facturación de 1.620 millones de euros y un crecimiento del 14% respecto al año anterior. El valor de la empresa ronda los 3.900 millones de euros.

En España, el año pasado se vendieron 46 unidades con un precio medio de unos 400.000 euros, lo que significa que el Estado español recaudó, entre IVA e impuesto de matriculación, más de seis millones de euros.