La inflación en España disminuyó en marzo, situándose en el 2,3%, lo que supone un descenso de siete décimas respecto a febrero. El dato ha sido compartido por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirma la menor presión inflacionista desde octubre de 2024, cuando la tasa se situó en el 1,8%.

La caída de la inflación se debe principalmente a la reducción del precio de la electricidad, como consecuencia de un aumento de la producción hidroeléctrica debido a las fuertes lluvias de los últimos meses. Además, el descenso de los carburantes y lubricantes para vehículos personales ha contribuido a la moderación del IPC. Otro factor relevante ha sido el menor incremento de los precios en el sector del ocio y la cultura respecto a marzo del año pasado.

Con este descenso, la inflación puso fin a cinco meses consecutivos de subidas, una tendencia que preocupaba tanto a los consumidores como a las autoridades económicas. Este comportamiento del IPC también se ha reflejado en la inflación subyacente (que excluye los alimentos no elaborados y los productos energéticos), que bajó dos décimas y se situó en el 2%, su nivel más bajo en más de tres años, desde diciembre de 2021.