Muchos nos quejamos de los escalofríos o los resfriados cuando empiezan a bajar las temperaturas, pero las mujeres con menopausia suelen ser las que más luchan durante este cambio estacional.

Se sabe que el clima invernal acentúa muchos de los síntomas de la menopausia, por lo que los meses más fríos son especialmente difíciles para las mujeres que experimentan el cambio hormonal.

Pero, ¿por qué algunas mujeres experimentan estos síntomas con mayor intensidad durante el invierno y qué consejos y cambios en su estilo de vida pueden ayudarles?

¿Por qué algunos síntomas de la menopausia empeoran durante el invierno?

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"Como puede confirmar cualquier mujer menopáusica, los sofocos y los sudores nocturnos pueden aparecer durante todo el año, pero pueden ser especialmente molestos durante los meses de invierno", afirma la Dra. Katie Barber, médico de cabecera y especialista acreditada en menopausia, que actualmente colabora con Besins Healthcare en su campaña El lenguaje de la menopausia. "A medida que aumenta la calefacción, los síntomas de la menopausia pueden resultar insoportables".

Estos son algunos de los síntomas que se agravan durante el invierno...

Sofocos

"Se cree que los sofocos se producen por un estrechamiento de la zona termoneutra del hipotálamo, causado por la disminución de los niveles de estrógeno", explica la Dra. Harriet Connell, médico de cabecera y especialista en menopausia de Health and Her. "Esto significa que incluso ligeros cambios en la temperatura corporal pueden provocar malestar y sudoración".

"Durante el invierno, las transiciones frecuentes entre ambientes exteriores fríos y espacios interiores caldeados pueden desencadenar repentinos picos de calor y hacer que los sofocos sean más difíciles de controlar".

La Dra. Elise Dallas, médico especialista en menopausia de The London General Practice, añade: "Además, mantenerse abrigada en invierno suele implicar consumir más bebidas calientes, alimentos picantes o alcohol, todo lo cual puede desencadenar o empeorar los sofocos y los sudores nocturnos."

Dolor en las articulaciones

"El tiempo frío y húmedo puede causar dolor en las articulaciones incluso en quienes no están en la perimenopausia; sin embargo, el dolor articular es uno de los principales síntomas de la menopausia. Por lo tanto, las mujeres con menopausia pueden sentir este síntoma de forma mucho más severa en invierno", afirma la doctora Aarthi Sinha, médico de cabecera y embajadora de la plataforma de menopausia Issviva. "También hay menos luz solar en invierno, lo que significa que tenemos más probabilidades de sufrir carencias de vitamina D, que también pueden contribuir a los dolores óseos y articulares".

Cambios en la piel

"Los cambios en la piel pueden sentirse peor durante la menopausia en invierno, principalmente debido a que cualquier piel que esté seca e incómoda se ve exacerbada por los ambientes fríos y de baja humedad", explica Dallas. "La calefacción central en climas fríos y el aire acondicionado en zonas más cálidas pueden contribuir a esta sequedad".

"El descenso de los niveles de estrógenos durante la menopausia también provoca una menor hidratación de la piel, lo que se traduce en sequedad y picor".

Problemas de sueño

"En invierno, la menor exposición a la luz solar natural puede reducir los niveles de serotonina, lo que puede repercutir en el estado de ánimo y el sueño", explican en Dallas. "Menos luz diurna también puede afectar a tu ritmo circadiano, haciendo más difícil regular la producción de melatonina, que ayuda a controlar el sueño".

"Además, el frío puede hacer que te sientas demasiado abrigado por la noche, lo que puede contribuir a la incomodidad y los sudores nocturnos, que afectan al sueño".

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¿Qué podría ayudar a las mujeres a controlar estos síntomas?

Beber mucha agua

Mantenerse fresca e hidratada puede ayudar a controlar la intensidad de los sofocos.

"Beber mucha agua durante el día para mantenerse hidratada es importante para mantenerse fresca durante la noche", aconseja Barber. "Una ducha fresca antes de acostarse también puede hacer maravillas".

Mantén calientes las articulaciones

"Mantener las articulaciones calientes con capas, almohadillas térmicas o baños calientes puede mejorar la circulación, y los suplementos como los ácidos grasos omega-3 y el magnesio pueden apoyar la salud de las articulaciones y reducir la inflamación", dice Dallas.

Mantente fresco durante la noche

"No te acalores demasiado a la hora de dormir, asegúrate de que llevas ropa de algodón o ligera", aconseja la doctora Samantha Wild, jefa clínica de salud de la mujer en Bupa Health Clinics. "También es clave apagar la calefacción por la noche, de lo contrario puedes experimentar sudores nocturnos".

Connell recomienda también protectores de colchón o almohadillas refrigerantes.

"Pueden mantener fresco un lado de la cama sin afectar al otro, lo que ayuda a mejorar la calidad del sueño", dice Connell.

Cuida tu piel

"La hidratación -tanto interna (bebiendo 1,5 litros de agua al día) como externa (utilizando cremas hidratantes)- es esencial para mantener la piel sana", explica Connell. "Busca cremas hidratantes que contengan ácido hialurónico o ceramidas, ya que estos ingredientes ayudan a retener la humedad y refuerzan la barrera cutánea".

Mueve el cuerpo

"El pilates y el yoga son dos formas estupendas de hacer ejercicio si tienes dolores articulares", dice Wild. "Si te apetece hacer algo de mayor intensidad, caminar o nadar también funcionan muy bien".

Sigue un estilo de vida saludable

"La gestión [de los síntomas de la menopausia] debe abarcar un enfoque holístico, como tomar un multivitamínico, comer sano (sobre todo asegurándose de ingerir una buena cantidad de proteínas) y asegurarse de dormir lo suficiente", aconseja Sinha.

Barber también recomienda evitar los posibles "desencadenantes", como las comidas picantes, las bebidas calientes antes de acostarse, el alcohol y la cafeína.