¿Por qué algunas personas sufren dolor articular en invierno?
El dolor articular en invierno puede deberse a varios factores, y el frío desempeña un papel importante.
"Cuando hace más frío, el cuerpo extrae sangre de las extremidades para proteger los órganos vitales y mantenerlos calientes", explica Jon Taberner, especialista en rehabilitación de Nuffield Health. "Esto se traduce en un menor flujo sanguíneo a nuestras articulaciones, y un menor flujo sanguíneo puede conducir a una lubricación más pobre alrededor de la articulación, y por lo tanto, más dolor".
Los cambios en la presión barométrica también pueden ser culpables.
"Los descensos de la presión barométrica que preceden al frío o a las tormentas pueden hacer que los tejidos se dilaten ligeramente, lo que aumenta la presión sobre las articulaciones", explica la doctora Catherine Spencer-Smith, especialista en medicina y deporte del Hospital Wellington, perteneciente a HCA Healthcare UK.
La inactividad durante los meses más fríos y las enfermedades existentes también influyen.
"Durante el invierno, muchas personas se vuelven menos activas, lo que puede provocar debilidad muscular, rigidez articular y mayor sensibilidad al dolor", explica Spencer-Smith. "Mientras tanto, afecciones crónicas como la artrosis, la artritis reumatoide o la fibromialgia suelen agravarse con el frío".
Las personas son más propensas a sufrir dolores en las articulaciones periféricas durante los meses más fríos.
"Las articulaciones periféricas, como las manos, los pies y las rodillas, tienen más probabilidades de verse afectadas debido a problemas circulatorios", explica Sam Bhide, fisioterapeuta de práctica avanzada y fundador de Physiozen.
¿A quién afecta?
"El dolor articular puede afectar a cualquiera, especialmente durante los fríos y húmedos meses de invierno", explica Clara Kervyn, fisioterapeuta de Deep Relief, especialistas en el cuidado tópico de músculos y articulaciones. "Pero a medida que envejecemos, es probable que esto aumente, ya que nuestras articulaciones han experimentado un mayor desgaste".
¿Qué signos indican que algo va mal?
Si los dolores articulares afectan a tu vida diaria, ponte en contacto con un profesional sanitario.
"Siempre debe ponerse en contacto con su profesional médico si el dolor es nuevo o notablemente más intenso, si la articulación se enrojece, se hincha o está caliente al tacto, o si el dolor y/o la rigidez no mejoran una vez que empieza a moverse", destaca Taberner. "Y también si siente algún síntoma adicional, como fiebre o malestar".
Una aparición repentina de dolor también podría ser una señal de alarma.
"Un dolor inexplicable sin una lesión puede apuntar a afecciones como la gota o incluso una infección", dice Spencer-Smith.
¿Cómo se tratan los dolores articulares?
Los dolores articulares suelen tratarse con analgésicos de venta libre.
"Los antiinflamatorios como el ibuprofeno o las cremas tópicas pueden ayudar a controlar el dolor", dice Spencer-Smith. "Las compresas calientes o los baños calientes también son excelentes para relajar los músculos y articulaciones agarrotados, reduciendo las molestias".
Si el dolor es más persistente, póngase en contacto con su fisioterapeuta o profesional sanitario local, ya que pueden recomendarle ejercicios y un plan de rehabilitación.
¿Qué se puede hacer para cuidar las articulaciones?
Mover el cuerpo
"Moverse estimula la liberación de líquido sinovial en la articulación, lo que ayuda a aliviar la rigidez", explica Taberner. "También aumenta el flujo sanguíneo a las articulaciones que se están moviendo y ayuda a calentar todo el cuerpo, lo que también puede ayudar a disminuir el dolor.
"Caminar puede ser un gran ejercicio de bajo impacto para mantener nuestras articulaciones fuertes y el flujo sanguíneo circulando alrededor de las articulaciones más comunes en las que experimentamos dolor".
Abrígate
Cuando llegue el frío y la humedad, asegúrate de llevar ropa adecuada.
"Cubre las zonas con mala circulación: calcetines gruesos de invierno, guantes, bufandas y jerseys o chaquetas adicionales", aconseja Bhide.
Además, Kervyn recuerda a todos que también hay que llevar ropa que mantenga el cuerpo seco.
"Opta por chaquetas impermeables los días de lluvia y asegúrate de que tus zapatos no dejan entrar el agua", recomienda Kervyn. "Si sabes que vas a estar fuera mojándote y pasando frío, lleva ropa extra para cambiarte".
Prueba ejercicios de fortalecimiento
"Un régimen sostenible de ejercicios de fortalecimiento también aumentará los efectos protectores y disminuirá aún más el riesgo de que aparezcan estos dolores en el futuro", dice Taberner.
Sin embargo, habla con un profesional de la medicina o del fitness antes de empezar.
"Pueden orientarte sobre cómo realizar un entrenamiento de fuerza de forma segura y eficaz", explica Taberner. "Es crucial a la hora de crear regímenes de ejercicio que estés haciendo ejercicio que te guste, y un profesional puede ayudarte a identificar cómo puede ser ese régimen".